El Latigazo Cervical (hiperextensión cervical) es una lesión a los tejidos blandos del cuello a raíz de una sacudida repentina o un “movimiento súbito” de la cabeza. Este tipo de movimiento tensiona los músculos y los ligamentos del cuello más allá de su rango normal de movimiento, provocando una contractura de los mismos.

Síntomas: con el Latigazo Cervical puede sentir dolor y rigidez en el cuello durante los primeros días después de presentarse la lesión del latigazo o hiperextensión cervical. Puedes sentirte mejor al principio, pero el dolor y la rigidez pueden retornar varios días más tarde. Este síntoma puede durar meses o años.

La molestia que se siente después de un Latigazo Cervical puede comprometer a los grupos musculares circundantes en la cabeza, el pecho, los hombros y los brazos.

Diagnóstico del Latigazo Cervical: se basará en la explicación del traumatismo que haga el paciente y en la exploración física. Se apreciará una musculatura cervical contracturada en mayor o menor grado, con limitación de la movilización y dolor al presionar sobre los grupos musculares y las apófisis espinosas (prolongaciones de las vértebras hacia atrás) de las vértebras cervicales. Deberá realizarse una exploración neurológica completa para descartar afectación de las raíces nerviosas o contusión cerebral.

Con una radiografía se apreciará una rectificación cervical, es decir, se verá que la columna cervical está recta, habrá perdido la lordosis (curvatura) que le es propia a causa de la tracción que producen los grupos musculares contracturados adyacentes.

En caso de afectación neurológica aguda o para el control posterior de los latigazos cervicales grado II y III se puede realizar una resonancia magnética.

Tratamiento: dependerá del grado del Latigazo Cervical. Inicialmente, independientemente del caso, se tratará el dolor y la contractura cervical, normalmente, con relajantes musculares.

La inmovilización y el reposo son necesarios inicialmente, pero sólo durante las primeras 72 horas, porque si se alarga más la musculatura sufre un cierto grado de atrofia y la recuperación es más dificultosa. El collarín debe colocarse solamente en los latigazos de grado II y III y nunca más de tres días, al igual que el reposo relativo.

A partir del tercer día es preciso iniciar una serie de ejercicios cervicales combinados con reposo y medidas posturales para movilizar la musculatura y evitar que se atrofie. El calor seco local mediante una esterilla eléctrica o una bolsa de agua caliente también puede ayudar.

La rehabilitación mediante técnicas de Fisioterapia sería necesaria en el caso de los latigazos cervicales de grado II y III para hacer que la musculatura recupere tono y fuerza tras la limitación de la movilidad.