A menudo la osteoporosis cursa de forma asintomática hasta que se produce una fractura, por lo que para llegar a su diagnóstico hay que sospecharla en personas con varios factores de riesgo.

  • Historia clínica y exploración física: debe obtenerse información detallada acerca de los factores de riesgo antes mencionados, aparición de dolor en la columna dorsal o lumbar, o cambio en la intensidad o características de un dolor ya establecido. En cuanto a la exploración física, la disminución de la talla o aparición de cifosis son signos tardíos.
  • Radiografía: (antero-posterior y lateral de columna dorsal y lumbar): es de gran utilidad para identificar fracturas localizadas y determinar la altura de los cuerpos vertebrales (se encuentra disminuido en caso de aplastamientos), pero su valor es muy limitado para determinar la masa ósea, ya que solo se observa cuando la pérdida de masa ósea es importante (generalmente superior al 30%).
  • Análisis de laboratorio: la fosfatasa alcalina es una sustancia de la sangre que aumenta, en la osteoporosis, cuando se está reparando una fractura. Además, puede ser útil la determinación de fósforo, calcio en sangre y orina, hormonas del tiroides, niveles de vitamina D, y pruebas para determinar las funciones hepática y renal.
  • Densitometría: es una exploración que utiliza dosis bajas de rayos X para determinar la masa ósea. Previamente se utilizaban la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética. Como valor de referencia se utiliza el promedio de la densidad mineral ósea (cantidad de calcio y otros minerales que hay en una sección del hueso) de la mujer adulta joven sana (puntuación T o T-score en inglés). La diferencia entre el paciente y el valor normal se da habitualmente en desviaciones estándar (DS).

Tratamiento de la osteoporosis

El objetivo del tratamiento es evitar la osteoporosis establecida, es decir, la fractura osteoporótica y, si ya existe, evitar la producción de una nueva.

Las medidas preventivas de la osteoporosis que se pueden adoptar en la infancia, adolescencia, juventud y edad adulta están encaminadas a alcanzar el máximo de masa ósea (esto se produce normalmente antes de los 30 años, pues a partir de esa edad el remodelado óseo se hace más lento y favorece la disminución de la densidad del hueso).

En mujeresexisten medidas farmacológicas y no farmacológicas que mejoran la calidad del hueso y enlentecen en la medida de lo posible la pérdida de masa ósea.

En personas ancianas juegan un papel fundamental las medidas para prevenir el riesgo de caídas.

Medidas no farmacológicas o preventivas de la osteoporosis

  • Dieta adecuada rica en calcio: diariamente se pierde calcio a través de la orina y el sudor. Si las necesidades son superiores al aporte del mismo, se va a producir una disminución de la reserva, constituida por el hueso fundamentalmente. El calcio se encuentra principalmente en la leche y derivados lácteos como el queso y el yogur. Los niños deben tomar como mínimo 800 miligramos de calcio al día, los adultos 1.000 miligramos de calcio al día, y las mujeres embarazadas 1.200 miligramos de calcio. Un litro de leche contiene aproximadamente un gramo de calcio elemento (un yogur aproximadamente 125 miligramos de calcio).
  • Aporte de vitamina D: favorece la absorción del calcio y su incorporación al hueso. Para la mayoría de los adultos la exposición al sol y una dieta equilibrada son suficientes para mantener unos niveles adecuados, pero en ancianos que a menudo salen poco a la calle suele ser insuficiente. Las necesidades de vitamina D oscilan entre 400 y 800 UI al día. La leche constituye la mayor fuente de vitamina D aportada por la dieta, un litro de leche contiene aproximadamente 400 UI de vitamina D.
  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol: se recomienda el abandono del alcohol y del hábito tabáquico, ya que acelera la pérdida de masa ósea al disminuir la capacidad de absorción de calcio.
  • No excederse con la cafeína: esta sustancia tiene un efecto diurético que hace que la excreción de calcio a través de la orina sea mayor de lo normal. Intenta moderar el consumo de café y otras bebidas que la contengan.
  • Ejercicio físico diario: la práctica diaria de ejercicio, como caminar 20 minutos todos los días, aumenta la masa ósea y disminuye el riesgo de fracturas. Asimismo, para mejorar el equilibrio y evitar caídas se pueden practicar deportes como el taichí o el yoga.

Medidas farmacológicas frente a la osteoporosis

La utilización de fármacos está indicada en aquellos pacientes de osteoporosis con mayor riesgo de presentar una fractura (aquellos con varios factores de riesgo y menor densidad del hueso).

  • Calcio y vitamina D: su uso está recomendado en personas ancianas con baja ingesta de estos elementos, y en aquellas que toman fármacos de forma prolongada, como los corticoides, que favorecen la osteoporosis. Las sales de calcio más utilizadas son el citrato y el carbonato de calcio. En el mercado existen preparados combinados de calcio y vitamina D que facilitan su administración.
  • Bifosfonatos (ácido alendrónico, ácido risedrónico, ácido etidrónico): su mecanismo de acción no es bien conocido, pero producen un descenso en la resorción ósea o destrucción del hueso. Disminuyen la incidencia de fracturas vertebrales y de cadera en mujeres tras la menopausia, y de fracturas vertebrales en hombres. Son el tratamiento de elección en la osteoporosis por fármacos. Se administran por vía oral con frecuencia semanal o mensual.
  • Raloxifeno: actúa sobre los receptores de los estrógenos (hormona femenina que actúa en la formación del hueso). Disminuye la frecuencia de fracturas vertebrales radiológicas y clínicas en mujeres tras la menopausia con osteoporosis, con y sin fractura previa, y disminuye de manera significativa la incidencia de cáncer de mama en este tipo de pacientes.
  • Terapia hormonal sustitutiva (estrógenos/progestágenos): no es el tratamiento de primera elección frente a la osteoporosis. Está indicada en algunas mujeres tras la menopausia, cuando no toleran otros fármacos y además tienen síntomas importantes en relación con la pérdida de la menstruación. Puede aumentar el riesgo de cáncer de mama y la aparición de trombos a nivel del sistema venoso.
  • Calcitonina: disminuye la aparición de nuevas fracturas. Su eficacia es algo menor. Se administra de forma intranasal.
  • Teripratida: es un fragmento de hormona paratiroidea que ayuda a la formación del hueso. Se utiliza desde hace poco tiempo. Solo está indicado en determinados casos (generalmente tras una fractura), y no de forma continuada. Se administra mediante inyecciones subcutáneas.

Prevención de la osteoporosis

Existen una serie de recomendaciones que pueden evitar o retrasar la aparición de la osteoporosis y disminuir el riesgo de que se produzcan fracturas. Estas son las medidas deprevención de la osteoporosis más efectivas:

  • Nutrición adecuada: es necesario tomar alimentos que contengan calcio y vitamina D, como la leche y derivados lácteos. En ancianos, en los que el aporte dietético suele ser ineficaz, y además salen poco a la calle, se recomienda su administración en forma de suplementos. Evitar el consumo excesivo de tabaco o alcohol.
  • Ejercicio físico: es importante mantener una vida activa, evitando en la medida de lo posible la inmovilización. Una actividad física razonable, adaptada a la edad y características de la persona, incrementa la coordinación y potencia los músculos y el equilibrio. Conviene caminar diariamente (al menos 20 minutos al día), realizar ejercicios suaves como montar en bicicleta, nadar o subir escaleras.
  • Prevenir caídas: algunos trucos que pueden disminuir el riesgo de caídas son: utilizar un calzado adecuado y que sea cómodo, solucionar los problemas de vista (especialmente en personas ancianas), iluminar bien las diferentes estancias de la casa, evitar obstáculos (determinados muebles, alfombras…), utilizar medidas de apoyo para entrar en la bañera…
  • Realizar una densitometría de forma periódica: con frecuencia no inferior a dos años, sobre todo en mujeres con factores de riesgo (tras la menopausia, mayores de 50 años, con antecedentes familiares, o aquellos pacientes que toman corticoides de forma crónica).
  • Existen protectores de cadera, de nylon reforzado, con forma de caparazón. Se sujetan al cuerpo mediante un soporte elástico (ropa interior adecuada). En caso de caída dispersan las fuerzas que se producen sobre la zona de la pelvis, disminuyendo así el riesgo de fracturas. Están indicados sobre todo en ancianos.