Seguimos la segunda parte de nuestra serie de artículos sobre los beneficios que el Yoga puede aportar a tu vida.
Fortalecer los huesos:
Ayuda a mantener la columna vertebral sana: los discos que separan las vértebras de la columna (que sirven como amortiguadores, permiten ligeros movimientos de las vértebras y a la vez las mantiene unidas) se pueden herniar y como consecuencia, comprimir los nervios. Es por medio del movimiento que consiguen sus nutrientes, si se realiza una buena y equilibrada rutina de ejercicio como el Yoga, combinada con torsiones, se suministrará el alimento para mantener a las vértebras saludables.
Ayuda a prevenir la Osteoporosis: sabemos que los ejercicios en los que se realiza carga de peso fortalecen los huesos y en algunos casos previene la osteoporosis. Muchas posturas de Yoga requieren que uno levante su propio peso y se sostenga parcialmente en diferentes articulaciones. Algunas como el “Perro Cabeza Abajo” o el “Perro Cabeza arriba” fortalecen muchísimo los brazos y hombros, que son muy susceptibles a las fracturas por osteoporosis.
Hay estudios que demuestran que la práctica del Yoga intensifica la densidad de los huesos vertebrales. La capacidad del Yoga para bajar los niveles de la hormona del estrés (cortisol) puede ayudar a conservar el calcio de los huesos.
Activa las Articulaciones: cada vez que se practica Yoga, se mueven las articulaciones. Esto ayuda a prevenir la artritis degenerativa y a disminuir el dolor mediante el “efecto esponja” de las áreas de cartílago que normalmente no son utilizadas.
El cartílago de las articulaciones es como una esponja; recibe los nutrientes frescos sólo cuando se exprimen los fluidos y éstos absorben un nuevo suministro. Sin un adecuado mantenimiento, las áreas de los cartílagos se pueden fatigar, exponiendo al hueso que protegen.
Mejorar la respiración:
El Yoga sirve para mejorar, en muchas formas, la función respiratoria, alcanzando el volumen máximo al inhalar y mejorando por mucho la exhalación. El Yoga también promueve la respiración por la nariz, la cual filtra el aire, lo calienta y lo humidifica, removiendo el polen, la suciedad y otras cosas que pueden penetrar en los pulmones.
El Yoga te enseña a respirar. Muchas personas no conocen las técnicas de respiración que les podrían ayudar significativamente a tranquilizarse y aliviar algunas enfermedades respiratorias.
Mejorar la circulación:
El Yoga hace que la sangre del cuerpo fluya con libertad. Los ejercicios de relajación favorecen la circulación, especialmente de los pies y de las manos. El Yoga estimula la oxigenación de las células, las cuales funcionan con mejores resultados. Las posturas de torsiones estimulan la circulación de los órganos internos y permiten que la sangre oxigenada fluya hacia ellos cuando se suelta la postura.
Las posturas invertidas, como la “inversión sobre las manos, la cabeza o los hombros” (la Vela, por ejemplo), hacen que la sangre de las caderas y las piernas fluya hacia el corazón. Esto es de mucha ayuda si se sufre de hinchazón en las piernas, debido a problemas circulatorios, cardiacos o de riñones.
El Yoga también mejora los niveles de hemoglobina y células rojas, que transportan el oxígeno a los tejidos. Esto ayuda a disminuir la incidencia de los ataques de corazón, infartos y formación de coágulos, que son muchas veces los causantes de los mismos.
Fortalece al Corazón:
Practicar Yoga con regularidad y disciplina da fuerza al corazón, ayuda a prevenir ataques cardiacos, mejorar las condiciones cardiovasculares y aliviar las depresiones. Si se practica el yoga en movimiento o asanas encadenadas (por ejemplo el tipo de Yoga Ashtanga), el trabajo que hace el corazón se podría considerar como ejercicio aeróbico.
Y aunque no se incremente el esfuerzo aeróbico, las asanas y los ejercicios respiratorios pueden mejorar las condiciones cardiovasculares.
Diversas investigaciones han demostrado que el Yoga baja los latidos del corazón en reposo, aumenta su fortaleza e incrementa el suministro de oxígeno durante el ejercicio, lo cual demuestra el enorme beneficio que ofrece, aun cuando se esté practicando un deporte.
Bajar la Presión:
Si padeces hipertensión, el Yoga te será de gran ayuda. Los efectos de la Savasana (postura de relajación profunda consciente) son semejantes a descansar sobre un sofá. Estudios han demostrado que esta postura ha ayudado a mucha gente a disminuir hasta en 26 puntos los niveles de presión alta y en 15 los niveles de presión baja, después de practicar yoga constantemente, el descenso de la presión es evidente.
El próximo lunes acabaremos esta serie de artículos sobre los beneficios que el Yoga puede aportar a tu vida, ¡no te pierdas!
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